Te vi en bicicleta. Arrancaba el día. El sol no molestaba aun y combinaba agraciadamente con la temperatura del ambiente. Pase a tu lado rápido por el empuje del tránsito mañanero. Quise observarte mejor pero el retrovisor del auto es muy pequeño. Quise detenerme y esperar que vuelvas a pasar pero no pude por que lamentablemente el cordón daba a una parada de colectivos. Ya no te vi más y seguí el día.
¿Qué estoy haciendo acá? Este lugar es horrible. Parece un basural. Apesta a malas energías. Este pibe es más toxico que el petróleo. Ojala salga volando como un avión. Yo igual tengo que estar tranquila. Por qué acá siempre va a estar todo mal. Acá no habrá solución. Nunca la habrá. Es una mierda embarrada por la pared. Un asco asfixiante como un moco en la garganta. Todo fue en vano. Caminar hasta acá. Perder mi tiempo. No saborear el aire fresco por este encierro artificial. Que dolor de zapato. Que piedra en el ovario. Que palo en el culo. Cualquier cosa. Cualquier cosa. Cualquier cosa.
Sino estas buscando opuestos en tus amistades tenes todo menos una amistad. Lo podes llamar pasatiempos. Cuanto más opuestos podes incorporar en vos mismo, menos amistades tendrás.
Tengo un lunar en el cuello. Es la primera vez que le prestó atención. Lo
note en el espejo del baño de un bar mientras me arreglaba el cabello para una
chica que me gustó mucho. Se sentó justo en frente de mí. Eso fue suerte, lo sé.
La suerte es el cincuenta por ciento. De inmediato supe que sería la última vez
que la vería. La última vez que vería esos aros, esa nariz, esas piernas. Pero
al lunar lo vería siempre. El lunar estará en todos los espejos de los baños de
bares, con todas las chicas que me gusten y se sienten delante de mí.
Y él dijo:
No hace falta ser social para generar interés en los demás
de lo que vos haces. Lo que vos haces
tiene generar el interés en los demás y con eso sociabilizar.
La elección de los puestos en circuitos culturales, artísticos y otros, es muy personal; se tiene en cuenta si es amigo, si es compañero, sino es riesgoso, si es confiable, si me va a dar algo a cambio, sino me va a sacar algo de más, etc.; cuando la verdad es que eso no tiene ninguna importancia. La elección se debe hacer evaluando lo que cada uno tiene para mostrar, eso es lo que importa. “No importa la persona. Importa lo que hace.” Si yo primero lo revivo y después lo voy a ver a Bill Evans, me chupa un huevo conocerlo personalmente. Yo me voy a verlo tocar el piano; si me cae bien o me cae mal, que seguramente me caerá mal, aunque se peine con gomina y se vista prolijo, me chupa un huevo. Mi relación, en este caso es con los sonidos que el combina. La persona y lo que hace esa persona son cosas distintas y fácilmente separables. Es la frase de Normas Bates en Psicosis de Hitchcock.
Y todavía hay gente que pide autógrafos y se saca fotos. Es
una locura eso.
Si vos no le decís nada a nadie; nadie tiene por qué decirte
nada. Nadie tiene derecho a decir, haces bien o haces mal. Los demás no tienen
ni idea que mierda es lo que te está pasando por la cabeza a vos. Ellos te
analizan como si fueran ellos en el lugar que estas vos. Se piensan en el
contexto que estas metido vos. Es
imposible que alguien se ponga en tu mismo lugar. No hay nadie con quien
compartir nada. Estamos solos en una soledad absoluta en donde solo nos vemos a
nosotros solos. Nadie tiene por qué decirte nada y mucho menos alguien que no
sabe decir nada sin estar acudiendo al perjuicio para fundamentar su contenido.
Hay gente que sabe dónde herir y se hace notar. Él por eso se cree un genio
único; o irrepetible. Una persona honorable que todo el tiempo tiene que
aclarar que lo es no tiene nada de honorable. Además repetir siempre lo mismo
se vuelve aburrido. Él sabe herir y se hace notar. Y seguramente se sentirá
orgulloso por eso. ¡Qué loco! Que loco
es tener esta edad y no tener nada. Recuerdo que antes cuando era más chico
tenía todo. Seguramente debía ser porque era más manipulable. Que error que cometí en mi vida. Que error
fue quedarme acá; cerca de todo esto que hace mucho ya dejo de ser. A veces
cierro los ojos y puedo sentirme muy lejos. Pero siempre se corta. Es una
cagada todo esto. Esto no era lo que yo esperaba recibir por no dar nada a
cambio. De seguro es la vida, que se yo. La verdad es que estoy muy confundido.
La soledad te
hace sufrir. Para dejar de sufrir, para escapar del peso de la vida, de la nada
direccionada a la nada con un intermedio absurdo, hay que dejar de ser egoísta y
ser solidario, compartir con otros y otras.
Se sintió atraído al
verme escribir.
—¿Escribís? —me
preguntó.
—Intento —respondí.
Me dijo que él también
escribía y sacó de una bolsa de plástico su cuaderno de tapa blanda.
—Léelo —me exigió—. Yo
me siento acá con vos y vos léelo.
Dudé un poco y miré a
la encargada del lugar, que estaba afuera conmigo fumando en mesas separadas.
Como ella no dijo nada, entendí que no había riesgos. Le dije a Willy que
estaba bien, que iba a leer, pero que después de hacerlo se tenía que ir y
dejarme solo en mi mesa. Willy aceptó y me pasó el cuaderno.
Lo agarré y lo hojeé
de prisa con el dedo pulgar. Estaba casi completo. Pude ver que había dos hojas
escritas, separadas del resto por dos o tres hojas en blanco. Le dije a Willy:
—Bueno, voy a leer esto.
Lo notaba muy ansioso
por escuchar sus escritos en la voz de un extraño. A decir verdad, yo también
lo estaba. Me sorprendió el cuaderno de Willy, no solo por lo rayado que
estaba, sino por la elegancia de su letra. Ningún tachón, nada fuera del
margen, todo ordenado.
No pude leer porque
vino la policía y Willy se fue.
Willy es un enfermo
mental que, en ocasiones, molesta a la gente con su locura, con su falta de
moralidad pública. Pero en su cuaderno había un refugio. Un paraíso perdido.
Algo que lo enderezaba, lo ponía recto y le permitía seguir andando.
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