viernes, 25 de julio de 2025

Un auto dejado por su rueda

Realmente fue sorprendente encontrarte ahí adentro.

A las dos horas me dijiste: “Ay, qué terrible que es la vida, Lino.”
“Demasiado” —te contesté.

Eso fue después de fumar y hablar muy de cerca; y antes de que el DJ soltara: “¡Vamos, que esto recién empieza!” Nunca voy a una fiesta, pero a veces, la fiesta viene a mí.

Entré fuerte. A mis lados, todo parecía pequeño, manipulable sin demasiado esfuerzo.
Cumplí el fin garantizando el medio. Se me hizo escuchar a mi viejo diciendo: “Tranquilo, tranquilo”, con esa voz suya mezcla de enojo y comprensión verdadera. “Siempre templado”.

“Esto recién empieza” —repitió el DJ, subiendo el volumen de la música.
Cada vez soy más hábil con la gente; más simpático y vulgar. Un James Bond sin ritmo ni paladar.

Esto que ocurrió hoy, que está ocurriendo ahora, es el paladar del encuentro. Todo pasa por ahí; por el tiempo muerto.

Yo creo que la vida viene de muy atrás, es muy antigua.
A ver… ¿Por qué miras el mar en un cuadro y te quedas ahí, mirando, siendo que no naciste en una ciudad con mar?

¿Viste que es extraño?
Eso es lo que la hace terrible.
O, lo que es lo mismo: intolerable.















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