domingo, 2 de julio de 2023

Cor Vata

Ya sentado en el avión, mi ventanilla daba al parque de la ciudad, ruta 12, a una altura aproximada al templo laosiano. Recordé que solo hace cuatro días atrás, estaba del otro lado de la verja con mis amigos, viendo aviones pasar; ahora yo estoy en uno de ellos, solo. El destino del avión es Córdoba, no tengo idea cual será el mío. Bajare del avión y me tomare un colectivo directo al centro. Bajare en la última parada, que es la terminal de ómnibus, y de allí caminare hasta el hotel. Me bañare, fumare un pucho en la habitación, mirare un rato la tele, oleré las sabanas y luego iré por un trago y algo de comer. Mientras esté comiendo, observaré pasar chicas y escucharé conversaciones ajenas.

Miraba el ala derecha del avión. Comienza el despegue. Los despegues son lindos. Se siente la fuerza del motor en el pecho, la turbina que empuja algo tan pesado hacia arriba, al cielo. Miro por la ventanilla. Literalmente, tengo el ala derecha del avión en mi misma línea. De una forma extraña me comunico con ese pedazo de metal. Lo observo y deseo que esa misma ala sea mi brazo derecho, haciendo fuerza, allí en el exterior. Estoy dentro de una cabina hermética y quiero estar afuera. 

Cuando el avión se elevó, tenía la vista dirigida a Posadas. Ya no es solo un punto concreto de la ciudad, sino toda ella. Desde el puente de la av. Chacabuco sobre el arroyo Mártires al puente San Roque sobre el rio Paraná. De oeste a este, de norte a sur. Pienso que la ciudad ha sido dibujada exclusivamente para verla desde esta distancia, y además de noche. Miles de luces forman una hermosa melodía. Me alegro de vivir allí. Me pongo contento. Recuerdo a mis padres, a mis amigos, a algunos estudiantes, a mis animales, recuerdo todos los rostros que alguna vez vi. Me pongo muy contento. 

La punta del ala del avión tenía una luz fija y otra parpadeante. Esa luz, que en un momento del viaje se convirtió en la única luz, junto con una estrella, me hacia vivir de una forma extraña en el exterior. Durante todo el viaje me quede mirándola. 


























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