Y Almustafá guardo silencio, y miró a lo lejos hacia las colinas y hacia el vasto espacio etéreo, y se advertía que en su silencio se libraba una batalla:
Entonces dijo: “amigos míos y compañeros del camino;
compadeced la nación hinchada de creencias y vacía de religión”.
“Compadeced a la nación que viste telas que ella no ha
tejido, come un pan que no ha sembrado, y bebe un vino que no fluye de su
propio lagar”.
“Compadeced a la nación que aclama al espadachín pendenciero
como a un héroe, y que considera al fastuoso conquistador como a un bienhechor”.
“Compadeced a la nación que no alza su voz sino cuando
marcha a un funeral, no se jacta sino en medio de sus ruinas, y no se rebela
sino cuando tiene el cuello entre el hacha del verdugo y el patíbulo”.
“Compadeced a la nación en que los sabios son mudos
cargados de años y cuyos hombres fuertes están todavía en la cuna”.
“Compadeced a la nación partida en pedazos, y en la cual
cada pedazo se considera a sí mismo una nación”.
"El jardín del
profeta". Khalil Gibran
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