miércoles, 25 de diciembre de 2024

LA SENSACIÓN DEL DÍA FUE COMO HABER SALIDO A CAMINAR Y QUE SE TE HAYA PERDIDO ALGO

No fue la noche, fue la pestaña.

No fue la noche, fue la pestaña. Se te cayó una pestaña, y yo sentí que se alzaba la necesidad en vos de jugar a ver a quien se le pegaba en el dedo pulgar para destinar la buena suerte.

No fue la noche, fue la suerte, volviéndome a mí un completo dinamo, y esta vez, si se siente.

No fue la suerte, fue la noche, transcurriendo al ritmo de las nubes que cubrían nuestras estrellas.

No fue la noche, fue la pestaña, y llego un relato cargado de tu encanto, te juro, ahora sí, que las nubes se empezaron a correr despacio.  ¿Lo fijaste? nuestra unión fue la fuerza para desencadenar el espectáculo.

Se abrió el cielo, nuestras estrellas brillaron, observe tu retrato; y me sometiste penosamente –pero sin duelo-, a afirmar que a mí también me va igual.

Fue la noche, cerrando el telón ligero, mostrando un ambiente gris oscuro, en un silencio completo.

La noche agotada, la pestaña extraviada.

El tema se llama buena suerte y hasta luego.

Empezamos buscando a la suerte, quien gano no lo sé.

Terminamos con un hasta luego.    

 

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